NULLA DIES...


En los años en que cursaba mi primera carrera, conté con las enseñanzas de una profesora que tuvo una especial relevancia para mí. Era mi profesora de Lengua y Literatura, una mujer extraña, a la que tuvimos que “sufrir” durante varios cursos consecutivos.
Ahora la recuerdo con mucho cariño e incluso con admiración, desde la perspectiva del tiempo pasado y con la madurez que dan los años y el mirar las cosas desde otro ángulo.
Pero entonces…Ah, ¡cuántas horas de clase con el alma en vilo y casi aguantando la respiración cuando su dedo amenazador se cernía sobre la lista de estudiantes! ¿Quién sería el desdichado al que le tocaría en suerte salir a la palestra?
Mujer extraña, como he dicho que era, taciturna, hosca, siempre avinagrada delante de sus alumnos, jamás nos obsequiaba con una sonrisa… una perfecta coraza tras la que escondía quizás sus penas, sus frustraciones y su temor a ser objeto de las crueles burlas que a su espalda se dejaban sentir profusamente. Mantenía la seriedad, la rigidez y las distancias, sin permitirse jamás la menor broma, como único medio- pienso ahora- de sentirse a salvo.
Pero mi amor a las letras no le pasó desapercibido y ella confió siempre en mis cualidades: Nulla dies sine linea, me repetía en más de una ocasión, queriendo infundir en mí el deseo de la escritura.
Fue por ella y por su tesón que comencé mi segunda carrera en la universidad, una vez que había comenzado a ejercer la primera, fue por ella que conocí a una persona muy importante en mi vida, fuente de muchas alegrías y de un inmenso dolor cuando faltó de mi lado.
Ella, que cuando me veía por ahí, una  vez que ya había dejado de ser su alumna, me decía: “No se siente nunca, usted, no se siente nunca”…Y a veces, o casi siempre, pienso que la he defraudado, creo que sí, que me senté.
Ni siquiera sé si aún vive o si ya abandonó este mundo, sólo sé que, donde quiera que esté, mi sentimiento agradecido vuela hacia ella.

2 comentarios:

  1. Siempre se aprenden cosas buenas de los profesores, aunque muchas veces haya que sufrirlos!
    Bello siempre leerte.
    Mil besos.

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  2. Gracias por leerme y por tus palabras. Besos.

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